Del libro de Pierre Pradervand les comparto algo muy inspirador. "Una tarde, me preparaba para dar una plática acerca de ‘La Sanación del Mundo’. De repente, me sobresaltó una inspiración que nunca había sentido. Me sentí literalmente como un escriba a quien le estaban dictando, y era tan fuerte, que sentía que mi mano no podía seguir las ideas que fluían en mi mente. El resultado fue el siguiente: "Al despertar, bendigan su día, porque está ya desbordando de una abundancia de bienes que sus bendiciones harán aparecer. Porque bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del Universo. Ese bien lo único que espera es una señal suya para poder manifestarse. "Al cruzar con la gente por la calle, en el autobús, en su lugar de trabajo, bendigan a todos. La paz de su bendición será la compañera de su camino. Bendigan a los que los encuentren, derramen la bendición sobre su salud, su trabajo, su alegría, su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás. Bendíganlos en sus bienes y en sus recursos. Bendíganlos de todas las formas imaginables, porque esas bendiciones no sólo esparcen las semillas de la curación, sino que algún día brotarán como otras tantas flores de gozo en los espacios áridos de su propia vida. "Mientras pasean, bendigan su aldea o su ciudad, bendigan a los que la gobiernan y a sus educadores, a sus enfermeras y a sus barrenderos, a sus sacerdotes y a sus prostitutas. Bendíganlos totalmente, sinceramente, gozosamente, porque esas bendiciones son un escudo que los protege en caso de que algunos de ellos estén obrando incorrectamente. "Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado – para los demás y para los acontecimientos de la vida -, haciéndolo aflorar de las fuentes más profundas y más íntimas de su ser. Esto significa venerar y considerar con total admiración lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias. Quien sea afectado por su bendición es un ser privilegiado, consagrado, entero. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo. "Bendecirlo todo, bendecir a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema del don, porque aquellos a los que bendicen nunca sabrán de dónde vino aquel rayo de sol que rasgó de pronto las nubes de su cielo, y ustedes raras veces serán testigos de esa luz que ha iluminado su vida. "Cuando en su jornada surja algún suceso inesperado que los desconcierte y eche por tierra sus planes, exploten en bendiciones, porque entonces la vida está a punto de enseñarles una lección, aunque su copa pueda parecerles amarga. Porque ese acontecimiento que creen tan indeseable, de hecho lo han suscitado ustedes mismos para aprender la lección que se les escaparía si vacilaran a la hora de bendecirlo. Las pruebas son otras tantas bendiciones ocultas. Y legiones de ángeles siguen sus huellas. "Bendecir significa reconocer una belleza omnipresente, oculta a los ojos materiales. Es activar la ley universal de la atracción que, desde el fondo del universo, traerá a su vida exactamente lo que necesitan en el momento presente para crecer, avanzar y llenar la copa de su gozo. "Cuando pasen por delante de una cárcel, derramen la bendición sobre sus habitantes, sobre su inocencia y su libertad, sobre su bondad, sobre la pureza de su esencia íntima, sobre su perdón incondicional. Porque sólo se puede ser prisionero de la imagen que uno tiene de sí mismo, y un hombre libre puede andar sin cadenas por el patio de una prisión, lo mismo que los ciudadanos de un país libre pueden ser reclusos cuando el miedo se acurruca en su pensamiento. "Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Mantengan en sí mismos, por tanto, ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria silenciosa, porque de ese modo serán de esas personas que son artesanos de la paz, y un día descubrirán por todas partes el rostro mismo de Dios. "Posdata Y por encima de todo, no se olviden de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que son ustedes mismos".
No olvidemos el principal propósitos de este experimento – llegar a la prosperidad bendiciendo a todos y a todo. La Acción del Día: Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos.
Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios como mi Testigo…
Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso.
Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que veas en redes sociales. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leerlas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo.
El Pensamiento del Día:
Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Que Dios te sostenga en la palma de Su mano.
Que vivas por el tiempo que tú quieras y que siempre quieras vivir plenamente.
Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, una luna llena en una noche oscura y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones.
Que no conozcas nada más que la felicidad.
Desde este día en adelante, Dios te conceda muchos años de vida; de seguro Él sabe que la Tierra no tiene suficientes ángeles.
Antigua Bendición Irlandesa
La Afirmación del Día: “Mi amor es el mayor don que puedo ofrecer y es una bendición para los demás y para mí.”
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